Erase una vez un Argentino, un Español y un Italiano…..la aventura podría empezar exactamente así, como un chiste de toda la vida, aunque la historia es de verdad y las risas también:). Única regla a cumplir en esta ruta, era realizarla totalmente con «Estilo Italiano» y que más italiano que dos Vespas y un Fiat 500? Todos de los antiguos claramente y así la fiabilidad de la ingeniería Italiana, tanto criticada por una parte del grupo, podía salir más que respaldada, en una prueba donde la fiabilidad y el Comfort eran punto central de la disputa en curso. Punto de partida, Madrid Capital, dirección La sierra Madrileña, un recorrido adonde las alturas y las curvas eran protagonistas, y donde hileras de pinares, eran el fondo de una vuelta marcada por el ritmo de los 2 tiempos de los vehículos ideados por Corradino D’Ascanio. El Fiat como coche de apoyo, seguía a breve distancia de las dos «Dos Ruedas», alternando de forma rítmica las 2 marchas centrales y sin ningún problema subiendo las alturas de los diferentes puertos de montaña del recorrido. Cuando se va hacia la sierra no se puede pasar de largo sin parar en Miraflores, y así lo hicimos nosotros. Nada mejor que un café y una tortilla en la plaza del pueblo, y después a entrar en calor otra vez, de camino hacia el Puerto de Canencia a 1524m de altura. Procediendo a la velocidad de crucero de nuestras italianas se podía disfrutar de cada detalle de la ruta, la frescura de la montaña nos acompañaba pero sin llegar a ser molesta. La alternancia entre luces y sombras de la vegetación silvestre hacía del paisaje algo dinámico y nada monótono. Nos encontrábamos solos, sólo de vez en cuando, nos cruzábamos con un vehículo en sentido contrario y entonces era como una pequeña pausa en aquella poesía de movimiento y colores. Los kilometros para llegar a la siguiente etapa no parecieron muchos, y aunque el ritmo de marcha no sobrepasaba lo 60 km/h, el tiempo se nos pasó volando a pesar que llegamos al pueblo de Rascafria al caer la tarde, donde paramos para comer algo en un restaurante de paso y poder escuchar las «historias boludas» de nuestro Argentino. Es Como un ritual a cumplir, cada uno tiene que aportar algo y lo más entretenido es que cada uno tiene sus peculiaridades y su puntos fuertes, y uno de sus puntos fuertes son estas historias. No importa el argumento de fondo, siempre hay un cajón recóndito desde donde saca una aventura rara o una historia pertinente que acaba con hacernos reír por su absurdez. (Si un día hace un recopilatorio prometo financiarle un libro, porque nos haríamos de oro y os adelanto que ya hay titulo: Historias Boludas – 50 años de historia del motor). La ruta no había acabado aún y nos esperaba la parte más dura, partir de Rascafria dirección Monasterio del Paular, pasamos por Las Presillas, el Puerto de Cotos, hasta llegar el puerto de Navacerrada. La segunda parte de la ruta ha sido caracterizada por nieve y un frío constante pero no nos detuvimos hasta llegar a la cima del puerto, a 1858 metros de altura. Ni por un momento, ni los pilotos ni nuestras italianas han dudado un instante, haciendo cómodo un recorrido de 150 km en un tiempo total de casi 8 horas.
Con lo cual sin fallo alguno nuestros vehículos han pasado la prueba sacando un sobresaliente, en un recorrido totalmente Español, entre subidas y bajadas y caracterizado por una naturaleza espectacular.