¿Qué es lo que hace de nuestra moto lo que es? El chasís que lo junta todo, o las ruedas que nos llevan a cada lado como si fueran cómodos zapatos? ¿El depósito que nos da la energía para desplazarnos o todo el cableado que, como un sistema nervioso, conlleva impulsos eléctricos desde el cerebro hasta al corazón con chispa? Siempre he oído comparar los carburadores con los pulmones, y la sensación que se me ha dado en una visión distorsionada ha sido que toda la inteligencia estuviese en aquel nudillo de cables que siempre al fin y al cabo está en el faro. Pero nunca me había preguntado como cambiaría “Mi moto” a trasplantarle el Motor, si hubiese seguido siendo la misma, con la misma conducción loca y los problemas de siempre o algo hubiese cambiado en ella. Quitar uno a uno todos los enlaces que retienen a ella su corazón, es algo que en realidad es sencillo, y que te da tiempo a reflexionar sobre muchas cosas. Los tornillos que sujetan este pesado amigo de mucho km son sólo la última parte, porque antes hay que cortar la fibra nerviosa que conlleva el timing desde los platinos hasta las bobinas, estas Fibras del Purkinje… es un poquito come separar desde su mismo cerebro un corazón que de forma semiautomática late, a veces a su proprio ritmo, pero siempre o casi llevándote donde tu quiera. La desconexión de los Carburadores es como quitarle oxigeno a esta pieza que necesita mas curas y que por necesidad tiene que sustituir para dejarla en un quirófano delicado y aséptico. Por fin cuando ya no quedan tuercas, arandelas y tornillos, ya has alcanzado la resignación que era lo mejor que pudieras hacer, y así seguro que luego con afición y horas vuelve a latir más fuerte que antes.

Por ahora todo está suelto y el Corazón ya no está más en su sitio….

Desde cerca ha llegado otro corazón y allí se va poniendo paso a paso para ver si a girar la llave vuelve con la misma voz de antes.

¡¡¡Que el Diós Depósito nos guíe por el  camino!!!